jueves, 26 de marzo de 2015

LAVANDO REALIDADES.



Me da pena ver al humano encadenado a un sistema en el que lo abundante se encuentre en manos de  unos pocos y lo escaso en muchos. Nacemos condenados. Suerte aquellos que nacen en cuna de oro tienen un futuro asegurado; pobre aquellos que nacen entre la tierra y las chapas, van a tener que luchar en un mundo que los oprime. ¿Por qué algunos nacen miseramente pobres y otros caudalosamente ricos? ¡¿Por qué algunos tienen lujosos zapatos y otros andan descalzos?! ¿Por qué algunos derrochan comida y otros comen de la basura? Cuenta falta de equidad diseminada en el mundo y la sociedad hipócrita pretende que los de abajo sean  un "un ejemplo de ciudadano", como se le puede exigir a una persona que se comporte civilizadamente si esa "civilización" es la que lo hace permanecer cabeza abajo. Para los indigentes los días comunes son inciertos, no sabes si tu estomago va estar bien alimentado o vas a pasar hambre, a veces comes de menos para que tu hermanita coma mas. A cierta edad  volves del secundario, ves que tu padre esta viejo, cada vez labura menos y hay muchas bocas para alimentar. Agarras las pilchas y te vas a trabajar a cualquier lado por unos miserables pesos; hacer unas changas o limpiar vidrios en la peatonal. La cuestión es ayudar. Por ahí en la junta de la esquina caes en la más fácil, que ingenuo seria culparlos si tan solamente son un reflejo de la sociedad. Esa que ves cuando agarras un trapo y limpias un vidrio, con movimientos instintivos de tanto lavar. Miras en el interior del auto y sin reflexionar no te das cuenta que ese pequeño de tu edad podes ser vos y que el puede estar en tu lugar. Todo sería igual pero diferente. Tan solo por esas cosas que tiene las  injusticias de la vida de colocarlos en un lugar.  Solo por nacer en cuna de pobre no estas arriba de ese majestuoso auto. Esta vez perdiste hermano te toco lavar y a otro mirar. Son pocos los que te quieren ayudar.

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